PROYECTO-2: POR UNA MIRADA UN MUNDO
TIPO DE TEXTO: DESCRIPTIVO
PRACTICA SOCIAL DEL LENGUAJE: ESTUDIAR
LAS MANIFESTACIONES POÉTICAS EN UN MOVIMIENTO LITERARIO
PRODUCCIONES PARA EL DESARROLLO DEL
PROYECTO:
•Investigación
y lista de las características de un movimiento literario.
•Selección
y lectura de poemas del movimiento literario seleccionado.
•Discusión
sobre los sentimientos que evocan y los valores que exaltan los poemas leídos y
el contexto histórico de la época en que fueron escritos.
•Análisis
por escrito de los poemas (sentimientos
que evocan y valores que exaltan), donde se recupere la información que se
tiene sobre el movimiento poético y el contexto histórico.
•Guión
para organizar la exposición.
PRODUCTO FINAL
•Exposición del análisis de los
poemas.
APRENDIZAJES ESPERADOS:
•Reconoce el contexto histórico y
social de la poesía dentro de un
movimiento literario.
•Identifica la función y
características de las figuras retóricas en los poemas a partir de un
movimiento literario.
•Analiza el lenguaje figurado en
los poemas.
Tarea No. 6
De acuerdo a la página 34 de tu libro resuelve lo siguiente:
1.
Qué entiendes por género o
movimiento literario.
2.
Cuántos movimientos
literarios surgieron del siglo XVII al siglo XX.
3.
Define al movimiento
literario del Barroco, menciona tres de sus características.
4.
Define al movimiento
literario del Romanticismo, menciona tres e sus características.
5.
Define al movimiento
literario del Modernismo y menciona tres de sus características.
Tarea No. 7
De acuerdo a tus conocimientos del curso anterior, resuelve lo
siguiente:
1.
Cuáles son las
características formales de los versos.
2.
Qué es la rima.
3.
Describe los tipos de rima
que conoces y menciona un ejemplo de cada una.
4.
Qué es la métrica en los
versos.
5.
Qué reglas debemos tener
en cuenta para obtener la métrica exacta en los versos.
Tarea No. 8
Investiga las siguientes figuras retóricas:
1.
Define qué es una
metáfora.
2.
Menciona dos ejemplos.
3.
Qué función tiene la
metonimia.
4.
Menciona dos ejemplos
5.
En qué consiste la
comparación.
6.
Menciona dos ejemplos.
7.
Cuando se dice que existe
hipérbaton en un verso.
8.
Menciona dos ejemplos.
Tarea No. 9
Investiga las siguientes figuras retóricas:
1.
En consiste la
aliteración.
2.
Menciona dos ejemplos.
3.
Que es la adjetivación.
4.
Menciona dos ejemplos.
5.
Menciona que es el
cromatismo.
6.
Menciona dos ejemplos.
7.
En qué consiste la
hipérbole.
8.
Menciona dos ejemplos.
Tarea No. 10
Reúnete en un equipo de cinco personas para realizar lo siguiente:
1.
Elijan alguno de los
siguientes poemas: "La Fábula de Polifemo y Galatea",
"Redondillas", "Rima
XXV", “Llorarás sobre mi Tumba”, "Nocturno a Rosario" o
“Sonatina”.
2.
Lean el poema, mencionen a
que movimiento literario pertenece.
3.
Mencionen las características
encontradas de dicho movimiento literario, en el poema seleccionado.
4.
Llenen la Ficha de
Análisis que se presenta a continuación y envíenla por email al maestro para su
evaluación.
FÁBULA DE POLIFEMO Y GALATEA.
Luis
de Góngora y Argote
De este, pues, formidable de la tierra
Bostezo, el melancólico vacío
A Polifemo, horror de aquella sierra,
Bárbara choza es, albergue umbrío
Y redil espacioso donde encierra
Cuanto las cumbres ásperas cabrío,
Bostezo, el melancólico vacío
A Polifemo, horror de aquella sierra,
Bárbara choza es, albergue umbrío
Y redil espacioso donde encierra
Cuanto las cumbres ásperas cabrío,
De los montes esconde: copia bella
Que un silbo junta y un peñasco sella.
Un monte era de miembros eminente
Este que de Neptuno hijo fiero
De un ojo ilustra el orbe de su frente,
Émulo casi del mayor lucero;
Cíclope a quien el pino más valiente
Bastón le obedecía tan ligero,
Y al grave peso junco tan delgado,
Que un día era bastón y otro cayado.
Negro el cabello, imitador undoso
De las oscuras aguas del Leteo,
Al viento que lo peina proceloso
Vuela sin orden, pende sin aseo;
Un torrente es su barba, impetuoso
Que adusto hijo de este Pirineo
Su pecho inunda o tarde, o mal, o en vano
Surcada aun de los dedos de su mano.
...
Ninfa, de Doris hija, la más bella,
Adora, que vio el reino de la espuma.
Galatea es su nombre, y dulce en ella
El terno Venus de sus Gracias suma.
Son una y otra luminosa estrella
Lucientes ojos de su blanca pluma:
Si roca de cristal no es de Neptuno,
Pavón de Venus es, cisne de Juno.
Envidia de las ninfas, y cuidado
De cuantas honra el mar deidades, era;
Pompa del marinero niño alado
Que sin fanal conduce su venera.
Verde el cabello, el pecho no escamado,
Ronco sí, escucha a Glauco la ribera
Inducir a pisar la bella ingrata,
En carro de cristal, campos de plata.
Adora, que vio el reino de la espuma.
Galatea es su nombre, y dulce en ella
El terno Venus de sus Gracias suma.
Son una y otra luminosa estrella
Lucientes ojos de su blanca pluma:
Si roca de cristal no es de Neptuno,
Pavón de Venus es, cisne de Juno.
Envidia de las ninfas, y cuidado
De cuantas honra el mar deidades, era;
Pompa del marinero niño alado
Que sin fanal conduce su venera.
Verde el cabello, el pecho no escamado,
Ronco sí, escucha a Glauco la ribera
Inducir a pisar la bella ingrata,
En carro de cristal, campos de plata.
...
¡Oh
bella Galatea, más süave
Que los claveles que tronchó la aurora;
Blanca más que las plumas de aquel ave
Que dulce muere y en las aguas mora;
Igual en pompa al pájaro que, grave,
Su manto azul de tantos ojos dora
Cuantas el celestial zafiro estrellas!
¡Oh tú, que en dos incluyes las más bellas!
Deja las ondas, deja el rubio coro
De las hijas de Tetis, y el mar vea,
Cuando niega la luz un carro de oro,
Que en dos la restituye Galatea.
Pisa la arena, que en la arena adoro
Cuantas el blanco pie conchas platea,
Cuyo bello contacto puede hacerlas,
Sin concebir rocío, parir perlas.
Que los claveles que tronchó la aurora;
Blanca más que las plumas de aquel ave
Que dulce muere y en las aguas mora;
Igual en pompa al pájaro que, grave,
Su manto azul de tantos ojos dora
Cuantas el celestial zafiro estrellas!
¡Oh tú, que en dos incluyes las más bellas!
Deja las ondas, deja el rubio coro
De las hijas de Tetis, y el mar vea,
Cuando niega la luz un carro de oro,
Que en dos la restituye Galatea.
Pisa la arena, que en la arena adoro
Cuantas el blanco pie conchas platea,
Cuyo bello contacto puede hacerlas,
Sin concebir rocío, parir perlas.
REDONDILLAS
Sor Juana Inés de la Cruz
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Cambatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?
Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?
Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Cambatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?
Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?
Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
RIMA XLV
Gustavo Adolfo Bécquer
Llegó
la noche y no encontré un asilo;
!Y tuve
sed!... Mis lágrimas bebí.
¡Y tuve
hambre!... ¡Los hinchados ojos
Cerré
para morir!
¡Estaba
en un desierto!
Aunque
a mi oído
De las
turbas llegaba el ronco hervir.
Yo era
huérfano y pobre. .. El mundo estaba
Desierto
para mí!
|
¿LLORARÁS SOBRE MI TUMBA?
George Gordon,
Lord Byron
¿Y
llorarás cuando la muda huesa
guarde
mis restos? Dímelo otra vez;
empero
si te aflige tal promesa,
calla,
no quiero verte padecer.
Mi alma
está triste, mi esperanza muerta;
la sangre
fluye helada al corazón:
fuera de
ti, no habrá quien llanto vierta
sobre la
tumba en que descanse yo.
Mas de mis
penas tras el velo denso,
un rayo de
consuelo veo lucir.
y olvido
mis pesares cuando pienso
que palpitó
tu corazón por mí.
Yo bendigo esa lágrima piadosa
que de tus dulces ojos veo rodar;
doblemente querida y más preciosa,
para que yo no pueda ni aun llorar.
El
sentimiento que te arranca llanto
pudo un
día agitar mi corazón;
mas ya ni
la belleza tiene encanto
para el
que sólo a padecer nació.
Y sin
embargo, ¿llorarás; señora,
sobre mi
tumba? Dímelo otra vez;
mas si
ese voto te entristece ahora,
calla, no
quiero verte padecer.
NOCTURNO A ROSARIO
Manuel Acuña
¡Pues bien!, yo necesito
decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro
te imploro y te hablo en
nombre
de mi última ilusión.
Yo quiero que tú sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías,
que ya no sé ni dónde
se alzaba en porvenir.
De noche cuando pongo
mis sienes en la almohada,
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada,
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.
Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos;
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás;
y te amo, y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho más.
A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y huir de esta pasión;
mas si es en vano todo
y mi alma no te olvida,
¿qué quieres tú que yo haga
pedazo de mi vida?
¿qué quieres tú que yo haga
con este corazón?
Y luego que ya estaba
concluido el santuario,
la lámpara encendida
tu velo en el altar,
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta allá a lo lejos
la puerta del hogar...
¡Que hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo.
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos, un alma sola,
los dos, un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas
las horas de la vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida,
y al delirar en eso
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por ti, no más por ti.
Bien sabe Dios que ese era
mi más hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
¡bien sabe Dios que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
en el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza...
Mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡adiós por la última vez,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores,
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!
"SONATINA"
Rubén Darío
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la
princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de (China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
Calla, calla, princesa-dice el hada madrina-
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor.
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de (China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
Calla, calla, princesa-dice el hada madrina-
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor.
EN PAZ
Amado Nervo
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo,
Vida,
porque nunca me diste ni
esperanza fallida
ni trabajos injustos ni pena
inmerecida:
Porque veo al final de mi rudo
camino
que yo fui el arquitecto de mi
propio destino;
que si extraje las mieles o la
hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o
mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché
siempre rosas.
… Cierto, a mis lozanías va a
seguir el invierno,
¡mas tú no me dijiste que mayo
fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches
de mis penas:
mas no me prometiste tú sólo noches
buenas,
y en cambio tuve algunas
santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició
mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida,
estamos en paz!
Autor: _________________________
Título de libro: __________________
|
Título del poema:_________________________
Editorial: _______________________________
|
Fondo (contenido):
|
Aspectos Formales:
|
Ficha de análisis del poema
|
|
Cuál es el tema del poema:
_______________________________
Qué ideas o sentimientos transmite el
Hablante lírico del poema:
_______________________________
A quién se dirige el poeta:
_______________________________
Cuál es la intención del poeta:
_______________________________
Qué reacción espera de los lectores:
_______________________________
Cuáles son las palabras o expresiones que tienen más fuerza en
el poema:
______________________________
______________________________
______________________________
______________________________
Cuáles son valores que refleja el poema:
______________________________
______________________________
|
Cuántos estrofas tiene el poema: _____________
Cuántos versos tiene cada estrofa: ____________
Qué nombre reciben estos versos por su número de sílabas:
______________________________
Qué tipo de rima tienen los versos: ___________
Copia una sinalefa:
_______________________________________
Comprueba el tipo de rima:
_______________________________________
Copia un ejemplo de hipérbaton:
_______________________________________
Copia un ejemplo de metáfora:
_______________________________________
Copia una comparación: ___________________
_______________________________________
Copia un ejemplo de cromatismo:
_______________________________________
Copia un ejemplo de hipérbole:
______________________________________
Copia un ejemplo de adjetivación:
_______________________________________
|